Estamos en el siglo XXI. Todo el mundo tiene una cámara. Incluso la Real Academia de la Lengua Española decía esto en 2012:
fotógrafo, fa.
1.m.y f. Persona que hace fotografías.
2.m.y f. Persona que tiene por oficio hacer fotografías.
Pero claro, no es lo mismo lo primero que lo segundo. Hay millones de los primeros, pero no hacen exactamente lo mismo. Escogeremos un ejemplo exagerado, pero ilustrativo. Cualquiera puede comprar una caja de óleos o un bote de pintura en una tienda, pero eso no le atribuye inmediatamente ninguna habilidad. La pintura impregnará en la superficie y tendremos color, y es posible que el comprador posea una habilidad innata para estas tareas y a los veinte minutos esté haciendo que Velázquez, Goya o Rembrandt lamenten no haber podido trabajar al nivel de nuestro comprador. Pero, por posible que resulte, reconozcamos que es extremadamente poco probable.
Algo hemos avanzado. A principios de 2017 ya decía esto:
fotógrafo, fa
1. m. y f. Persona que hace fotografías, especialmente como actividad profesional.
El oficio
De hecho, nuestra experiencia me inclina a pensar que el talento es un asunto menor. Hay excelentes fotógrafos que trabajan de manera ordenada y técnica a base de mucho trabajo.
El tipo de trabajo
Otro de los factores importantes es el tipo de trabajo que se realice. Si alguien nos dice que es pintor profesional, sigue habiendo aspectos de matiz muy importantes: hay quien compra la pintura en botes de 20 kg para hacer un piso en un día y quien compra una caja de óleos para un lienzo de menos de medio metro cuadrado. Evidentemente, ambos son pintores, pero no es la misma atención y habilidad que requieren una cosa y otra. Con todo el respeto para determinados profesionales, en general no es lo mismo trabajar con gente que se dedica a bodas, bautizos y comuniones que con gente especializada en moda y belleza o prensa.
Otro punto a tener en consideración, hilando ya un poco más fino, es el criterio. El resultado general de los trabajos que se observa de un fotógrafo puede contar muchas cosas, y puede hacer que te inclines por uno o por otro. Si las posturas o actitudes de las modelos que veas en el trabajo del fotógrafo en general te resultan poco elegantes o la mayoría de la ropa que llevan te parece estrictamente horrenda entonces no te gusta el estilo de esa persona. Sé consciente de estos matices, porque son los que pueden marcar mucho la diferencia en cuanto a un resultado final que te guste, o uno que no. Procura ver suficientes muestras de trabajos del profesional al que contratarás. Con las redes sociales, incluso puedes conseguir opiniones de gente que haya trabajado con él/ella. Esto puede ayudarte a elegir un fotógrafo para tu book.
El retoque fotográfico
Dentro del criterio, el retoque de las fotografías es también importante: si a simple vista detectas un uso inapropiado – por excesivo o por escaso – del retoque, mejor huye. Mucha gente no domina bien la cámara ni el ordenador, y el resultado final es menos que mediocre.
El precio puede ser otro factor indicativo. Muchas veces hay cosas demasiado baratas: piensa que un fotógrafo necesita material y, además, suele tener la extraña costumbre de comer a diario. Puntualmente puedes encontrar ofertas especiales, pero los precios demasiado atractivos suelen llevar a resultados que no estén dentro de lo que necesitas. Los buenos profesionales suelen ofrecer servicios adicionales que contribuyan al resultado final: peluquería, estilismo, maquillaje o localizaciones suelen ser factores que contribuyen a conseguir fotos que te gusten.
Finalmente: los derechos intelectuales de las fotografías son del fotógrafo. Tú tienes derecho a decidir si las quieres enseñar en Internet o no. No estás obligada a que tus fotos se vean así que decide tú misma si quieres que se empleen sin tu control. Puedes hablar de esto tanto con los fotógrafos profesionales como con los amateurs, pero estos últimos es probable que no tengan las ideas tan claras.
Resumiendo:
· Para que el trabajo salga bien hace falta un buen fotógrafo, no solo una cámara.
· Existen multitud de fotógrafos que pueden dominar la cámara técnicamente, pero no son especialmente buenos para hacer books.
· Busca bien: hay mucha diferencia entre los trabajos de unos fotógrafos y otros. Cincuenta euros arriba o abajo pueden marcar la diferencia entre lo que te gusta y lo que no te gusta y es menos de lo que te cuesta un bolso.
· En ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia es más sencillo encontrar profesionales reconocidos, pero también encontrarás más aficionados: fíjate bien.
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