Continuamos con la segunda parte y los 10 siguientes consejos para conseguir ese puesto de booker en la agencia de modelos que deseas.
11. IDIOMAS
El mundo de la moda habla en inglés. Oh, yes! ¿No lo habíais notado hasta ahora? Modelos rusas, checas, brasileñas, americanas, francesas, españolas… todas ellas necesitan de un idioma común. Aunque a veces prefieran tirarse de los pelos. ¡¡Comencemos!!
12. LABIA
Mucha, mucha y todo el rato. Para convencer a un cliente de que escoja a determinada modelo. Para hablar con uno, dos, tres, veintiocho modelos, recordándoles dónde es el casting y qué deben llevar como estilismo. También para aguantar a todos los pesados entre los que me incluyo que pasan por la oficina por causas diversas. Y así todo el tiempo. Cuando seas booker te pasarás todo el día hablando.
13. MANO IZQUIERDA
Orden, pulcritud, modales, profesionalidad, pautas que se esperan de un modelo y que la agencia transmite con mano izquierda. Y bueno, también para poner en su sitio a todo el que se desmadre, sea modelo o cliente. Digamos que un poco de genio no te vendrá mal para reconducir las cosas por buen camino.
14. ORDEN
No necesariamente en casa ni en tu vida personal, pero sí de cara a estructurar las agendas diarias, semanales, mensuales o anuales tanto de las modelos que en ese momento están en la ciudad como de aquellas que puede que vengan en un futuro próximo o ya estén de camino. ¿Te acuerdas de aquellos horarios que hacíamos en el colegio? Pues algo similar, pero a lo grande.
15. EL DON DE LA SORDERA SELECTIVA
Vas a tener que hacer como que no has escuchado la barbaridad que ha soltado la modelo-loqui que hay en toda agencia bien avenida o la estilista histriónica que trabaja en una revista muy importante. ¿Dije que en las series de televisión exageraban? Que va, que va… la realidad siempre está condenada a superar la ficción.
16. SENTIDO DEL HUMOR
Porque no hace daño a nadie y ayuda a pasar mejor los malos tragos que luego se convierten en anécdotas: “Uy, uy, uy…. mira cómo se ríen los bookers de aquello que casi provoca el fin del mundo de la moda al estilo maya que hubiese sido “maya boho-chic”, of course.
17. PSICOLOGÍA
Interpretar el papelón del amigo/enemigo, ser la madre/padre, el confesor/redentor, y dado el caso, ejercer la psiquiatría esporádica sin exceder la receta más allá de una tila o una Cola Cola Light.
Grandes problemas entre las modelos son: “Mi compañera de piso tiene más castings que yo ¿por qué?”, “se me ha roto una uña, ¿me voy a morir?”, “dame más pocket money (adelantos de dinero para tener liquidez) que no tengo para un nuevo bolso el metro”, “ya no quiero ser modelo” (algo se siempre se pasa cuando les confirman el desfile de Chanel), “he tenido bronca con mi novio que tiene 17 años y vive al otro lado del planeta y eso ahora mismo es un drama que lo flipas y voy a ir a todos los trabajos con una ojeras que me llegan al suelo”, “¿Queréis cambiarme el look para destruir mi carrera?” (por un simple corte de flequillo), “me quiero ir a mi casa en la estepa rusa (¿pero antes me podrías dar más pocket money para comprar unos regalos?)”, “había mucho tráfico y no he llegado al trabajo” (anoche saliste, te has quedado dormida y todo el booking lo sabe porque lo subiste a Instagram), “ese trabajo no me interesa” (te vas de vacaciones con tu novio ahora que has pillado a uno rico)… En las agencias debería haber un diván.
18. AGENCIA DE VIAJES
Como si de un tour operador se tratase: viajes, hoteles, drivers (que es como se llama en el mundillo al chofer que llevará a la modelo de un casting a otro, o del trabajo al hotel), mapas explicativos…
19. JUGAR A SER RAPPEL
“Tú puedes ser una gran modelo” es una frase muy común que un booker transmitirá a sus chicas para darles confianza. Pero, por favor, que la modelo no se la tome muy en serio. Solo juegan a ser Rappel, porque eso nunca se sabe hasta que no ocurre.
20. Y POR ÚLTIMO…
Tener un mundo paralelo a la agencia, para poder ser persona. Que tus amigas no sean modelos (al menos, no todas), que puedas delegar en un equipo de otros bookers y que te puedas permitir apagar la línea de teléfono algún que otro fin de semana. Porque la moda engancha, pero no tiene que llegar a matar.
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