¿Sientes que resistes cuando se da un cambio inesperado en tu vida y también en tu carrera profesional?
Las personas reaccionamos como podemos ante situaciones “negativas” y sentimos miedo, dudas o incertidumbre para intentar salir de lo que nos ha pasado.
Un despido, un ya te llamaremos, una enfermedad repentino o una crisis obligatoria, tener que dejar de fumar urgentemente por prescripción medíca o el cierre de un ciclo profesional en tu carrera en la industria de la moda.
Existen cambios pequeños y grandes, la medida la pone cada uno en función de sus recursos personales y la importancia de la situación. Algo pequeño para ti puede ser un mundo para otra persona; tenemos que aprender a ser comprensivos porque todos, alguna vez, hemos pasado por una situación difícil.
Toda semilla sufre para crecer y esto no quiere decir más que el cambio que a priori parece negativo, es una oportunidad para crecer.
Este tipo de situaciones producen sensaciones inestables a nivel personal; bien porque algo a nuestro alrededor ha cambiado o porque tu mism@ provocas el cambio en tu vida.
Por ello te voy hablarte de las actitudes que pueden frenarte, obstaculizarte tu carrera profesional y como adaptarte a esta nueva situación de forma útil.
Ser de los que luchan:
Te dan una noticia que no puedes tolerar: Contratan a otra modelo más joven, mas inexperta, más barata, … Tratar de pelear con lo que ha ocurrido de forma agresiva ante esta situación sobre la cual no puedes hacer nada es habitual. Recuerda esta emoción te quiere decir que “te han puesto límites”
Expresarte, hablar y comentar lo ocurrido respetándote a ti y al entorno será lo mas sano que puedes hacer. Porque es ira emocional puede transformarse en una lucha constante e insana que fomenta tu frustración y tu sensación de falta de trabajos en tu carrera profesional. La clave es expresar tu enfado de forma sana y productiva para tu carrera, buscar alternativas y de crear tu reputación de una forma más libre y genuina.
Ser de l@s que se piran:
La evasión como reacción a una situación negativa es un mecanismo de protección que puede ser útil para reducir la carga emocional. Pero en el momento en el que se instala esta actitud en ti, puede convertirse en una trampa de la que es muy difícil salir, ya que no te ayudará a superar lo que haya ocurrido sino todo lo contrario. Puedes huir del problema, marchándote físicamente del lugar, o no volver a contar con esa productora en general, o incluso a no volver a plantearte seguir con esto.
La clave está en reconocer y festejar tus ganas de huir, darte permiso para hacerte responsable de tu capacidad de respuesta, puedes darte algún capricho, pero sin excesos, pero lo más importante es seguir trabajando más en ti mism@.
Ser de l@s que pasan:
Dejar de mirar los problemas, sin querer reconocerlos, puede llevarte a restar importancia o incluso negar lo ocurrido, pueden llegar a impedirte que descubras las alternativas que te ayudarán a salir del atolladero y poner fin a lo que te inquieta a nivel profesional.
Todas las personas buscamos sentirnos que «aportamos e importamos» incluso en situaciones negativas y de rechazo, darte la importancia que mereces, restar pero no quitársela, a las personas involucradas, a los efectos del entorno. Hace que de valor a tu contribución, a la que los demás se fijarán y lograrás una reacción de consecuencias.
El truco está en desvincularte de lo que necesites de forma asertiva y tomar las decisiones profesionales adecuadas al respecto. Ni más ni menos.
Ser de los que se imagina:
Crear ilusiones ficticias de la realidad se parece a la evasión y huída, en realidad auto-engañarte es una forma de dejar de afrontar el problema en cuestión.
Las personas tenemos una lente muy lista, y la sociedad tampoco ayuda, que puede llegar a crearnos finales «mágicos», desear soluciones que estén totalmente fuera del alcance de nuestra mano, esperar un trabajo milagroso o aspirar a que alguien o algo nos salve de lo ocurrido. Si te ocurre esto, se cálido contigo, tu yo pequeño te está mirando hacia arriba para que algo más grande le ayude.
La solución viene dada si escuchas lo que tu interior desea y al mismo tiempo, ponte a trabajar adultamente, invierte en ti, en tus imágenes, en formación, en otras áreas dentro del gremio, etc.
¿Que puedes hacer?
La respuesta, a modo de resumen, es sencilla: Prepararte para el rechazo (tomar consciencia de la situación), aceptar el rechazo (comprender la necesidad real), y comprometerte contigo mism@ (crecer, desarrollarte, fortalecerte, …)