Hoy quiero escribir unas pequeñas letras de un planto tan recurrido hoy en día, el Plano Holandés o Aberrante.
Es un encuadre en el que inclinamos la cámara de 25 a 45 grados; Esta técnica ha tenido múltiples denotaciones en la fotografia y en el cine. Las funciones como admiración, dinamismo, horror y fantasía. Habitualmente, se suele estructurar el montaje de estos planos combinando inclinaciones sucesivas opuestas. Un plano escorado a la derecha se sigue con uno hacia la izquierda y así sucesivamente. Otra opción consiste en mover la cámara haciendo que oscile, como si se tratara de un péndulo. Esta última técnica se puede ver en muchas escenas de la película “La extraña que hay en ti” (“The Brave One”, 2007).
El origen del nombre viene de la palabra «deutsch»(Alemán), este tipo de plano se usó con reiteración en el cine expresionista alemán de los años 30 y 40 pero con el tiempo se confundió con el término «dutch»(Holandés) y culmino como Dutch Angle, sin embargo su origen es esporádico. Es famosa la utilización del Dutch Angle en la película “El tercer hombre” (“The Third Man”, 1949) para enfatizar la degeneración del malvado personaje interpretado por Orson Welles.
En escenas sin movimiento, el Plano Aberrante genera una sensación psicológica de inestabilidad que ayuda a dar más fuerza a un acontecimiento inquietante. No hace falta que el espectador conozca la técnica. Si está bien hecha funciona de manera incluso subconsciente, aunque a veces se abusa demasiado del truco. Y hasta que punto se abusa de el, sobre todo con el fenómeno Shelfie.
Cuándo se debería usar.
Un horizonte nivelado indica estabilidad, y las líneas verticales denotan equilibrio. Al inclinar la cámara estamos buscando el dinamismo de las líneas diagonales.
El principal propósito de inclinar el horizonte es mostrar inestabilidad o tensión de algún tipo, tanto para mostrar misterio como para escenas más divertidas o relajadas. Todo depende de nuestra creatividad.
También nos ayuda a tener más espacio para poder encajar mejor sujetos verticales llenando mucho mejor el encuadre.
Finalmente, el plano holandés se usa mucho en fotografía de automóviles para conseguir una visión más dinámica y agresiva del vehículo.
Cómo usarlo.
Si estamos grabando una película normalmente empezaremos en un ángulo normal e iremos girando. En fotografía buscaremos el ángulo agudo u obtuso que más nos atraiga.
En el caso de edificios esbeltos buscaremos la diagonal para aprovechar al máximo la longitud del mismo y llenar todo lo posible el encuadre.
Por otra parte, la diagonal siempre nos aportará una fuerte línea compositiva.
Cuando fotografiamos personas en un ángulo inclinado, buscamos crear tensión. Según coloquemos al sujeto en la parte más elevada o en la más baja, obtendremos diferentes resultados. También podemos intentar equilibrar la escena colocando algún elemento secundario en la mitad opuesta al sujeto.
Es conveniente también fotografiar la misma escena en un ángulo normal. Así tendremos una foto de respaldo por si el plano holandés no nos convence.
El Plano Holandés recibe tantas aceptaciones como críticas, así que no es conveniente abusar de él. Al igual que otras técnicas fotográficas como el HDR, los planetoides, los filtros, etc., pueden llegar a causar hastío si se utilizan continuamente.
Como con todas las técnicas, mi recomendación es que a partir de ahora no te pongas como un loco a utilizar este tipo de plano, lo importante es saber cuándo puede resultar oportuno su uso. Aquí van algunos ejemplos:
1. Fotografía de arquitectura. Si al contar con numerosas líneas, el plano holandés convierte a muchas de éstas en diagonales, permitiendo dotar de dinamismo a algo inerte como un edificio y facilitando el recorrido de la imagen.
2. Fotografía deportiva. Ciclistas, moteros, e incluso corredores saldrán muy beneficiados con el uso de este plano al contribuir con una mayor sensación de movimiento a la toma.
3. Fotografía social. La inclusión de personas y motivos de ámbito urbano ven incrementado su dinamismo gracias a las propiedades que aporta el plano holandés a las tomas.
Y, por supuesto, en cualquier tipo de imagen en que busques que las líneas diagonales generadas gracias al giro de este característico plano, te ayuden a recorrer tu imagen.
Basta ya de utilizarlo en retrato clásico, como notarás no estoy muy por la labor de usar este plano, de hecho solo lo he utilizado en alguna ocasiones muy puntuales, todos tenemos en la cabeza eso de que las reglas están para romperlas, pero en muchísimas ocasiones no es asi, y en este tipo de plano es más evidente. Por eso te invito a que dejes de usar este recurso narrativo continuamente. Más que nada porque no sabes si tu próxima fotografía podrá ser la definitiva.